martes, 24 de julio de 2007

POSICIÓN DEL TRABAJO SOCIAL FRENTE A LA PERSPECTIVA DEL DESPLAZAMIENTO FORZADO

Durante todo el trabajo se han estudiado las características generales del desplazamiento forzado, el impacto social que tiene esta problemática en la actualidad, los diferentes principios constitucionales, normas legales y actos administrativos que guían la acción del estado en la prevención y atención del desplazamiento forzado.

Cabe destacar que debemos tratar la problemática del desplazamiento forzado de una manera más integral, brindando ayuda a través de nuestra intervención en los niveles físico, psicológico, emocional, familiar y social, enfocándonos en el nivel en que la persona o individuo afectado se encuentra, y contando con la ayuda de diferentes disciplinas que nos puedan brindar un apoyo especializado, ya que como Trabajadoras (es) Sociales tenemos un límite en el área de la intervención y es necesario que el trabajo sea interdisciplinar; todo esto con el fin de contribuir al proceso de recuperación de la persona y a su vez, promover un trabajo interdisciplinario en donde el objetivo primordial, sea buscar el bienestar del individuo afectado por ésta problemática.

Como Trabajadores Sociales, debemos prestar una atención humanitaria que garantice el suministro de diferentes servicios a la comunidad desplazada como lo son: implementos de aseo personal, manejo de abastecimiento, utensilios de cocina, atención médica y psicológica, transporte de emergencia, y alojamiento transitorio en condiciones dignas. La asistencia humanitaria es de dos tipos: 1). La atención inmediata y 2). La atención humanitaria de emergencia.

No obstante, se deben generar diferentes estrategias de intervención, que permitan mostrar un Trabajo Social más humanitario y menos asistencialista, puesto que ésta problemática quebranta muchas tradiciones, culturas y arraigamientos sociales, que destruyen así una gran diversidad cultural (hábitos comunes de comunicación, costumbres y vínculos familiares y comunitarios entre otros) propia de nuestro país.

En la intervención, se debe lograr la mayor estabilidad emocional posible, ya que de esto depende que tanto la comunidad desarraigada de su zona habitual de residencia, como la receptora, convivan de una manera apacible, donde se puedan generar lazos de confianza, integración y participación de los mismos, y por supuesto, se puedan promover al máximo las potencialidades de cada uno de los miembros de ésta, para así lograr mejores condiciones de vida y posibilidades de desarrollo, formando a su vez la parte activa de las diferentes instituciones creadas por el estado.

No podemos olvidar que no sólo la población desplazada es la afectada, también debemos reconocer que la población receptora se ve perturbada con este tipo de situaciones, ya que ésta se enfrenta a nuevas condiciones de vida tanto de infraestructura, como de organización civil, económica y social. Debido a esto, se debe hacer una trabajo interinstitucional en donde se genere una conciencia colectiva y crítica de la problemática que se está viviendo y cómo el Estado la está manejando.

En conclusión, nuestra principal función es que seamos buenas y buenos agentes de cambio capaces de lograr una transformación positiva de la realidad en la que estamos, y la cual nos está destruyendo.

1 comentario:

Aristides Cabarcas González dijo...

Aunque tarde observo este artículo, realizó un recorrido por ciertos escritos suyos.., algunos considero que si los vuelve a revisar les cambiaría algo de forma en su dirección y de fondo en posibilidades.

He trabajado con Víctimas antes (desplazados) desde el 1988, en Montería cuando se dio el primer gran desplazamiento.

Aplaudo su posición frente al fenómeno
conmigo trabajan seis (6) profesionales entre ellos 3 Trab sociales.

Aristides Cabarcas González
Fundación Futuros OSC.